Autor: Miguel Gomera (30/03/2014)
Vinalesa 2-2 San Marcelino
Empate con sabor a victoria. Cuando me sonó el despertador a las siete y media...ay, mi cuerpo se negaba a levantarse, era domingo y para él, eran las seis y media, mire por la ventana (me rasqué el culo a dos manos) y el cielo gris me empujó de nuevo a la cama, quince minutitos más, por favor, que rápido pasaron.
Jugábamos en Foyos, como equipo de casa, aunque últimamente jugamos en casa en cualquier parte, recibíamos la visita del San Marcelino, primero de grupo y el partido prometía emoción, la verdad es que me defraudó, estas "escuelas" en las que prima solamente el resultado, en las que lo único que importa es la victoria, sea de la forma que sea y en las que el que no se gana el sitio no juega, no merecen llamarse escuela, la escuela... es otra cosa.
El Míster llegó tarde (un minuto) aunque el diga que no, le aplaudimos y debería pagar un eurito.
El planteamiento, perfecto, buena defensa, con un Marcos pletórico y un Javier que solo ha necesitado dos partidos para ganarse la titularidad, buen centro del campo con un Alvaro muy luchador y hoy si, con Arnau, que es el motor del equipo, delante, esta primera mitad, sin César que sale de una lesión, Juandi y Carlos que están un poco faltos de efectividad (son rachas incluso Arnau no ve puerta), de echo, en las últimas tres jornadas solo hemos echo tres goles y ojo, uno de Vicent, otro de Marcos y otro de Javier tres defensas, con esto no quiero decir nada, simplemente son datos que demuestran esta falta de efectividad.
Bien comenzó el partido y el San Marcelino desde el minuto uno dejó clara que venía a por los tres puntos, con un juego de ataque rápido y contundente, paradojicamente, al Vinalesa este tipo de juego le favorece, la concentración de todo el equipo es mayor y el juego mejora también. En los cinco primeros minutos el Vinalesa supo aguantar bien la presión del San Marcelino y poco a poco fue ganando terreno, pronto las fuerzas se equilibraron y el Vinalesa con un buen juego pisaba cada vez con más frecuencia el área rival, con el juego muy parejo en ambos equipos las jugadas a balón parado iban a ser determinantes, el San Marcelino tuvo su mejor oportunidad en un libre directo que hizo lucirse a Victor, Dani, tuvo la mejor para el Vinalesa pero, golpeo mal, el partido continuó con un buen juego de ambos equipos pero sin ocasiones claras de gol, fue a falta de cinco minutos para el final del primer tiempo cuando el Vinalesa inauguraba el marcador, gracias a un libre directo que Juandi mandó al larguero y Marcos llegando desde atrás cabeceo a la red en el segundo palo, cero a uno resultado con que se llegaría al final de este primer tiempo.
Esta vez no fui a la grada, me fui al bar, donde la "afisió"se había refugiado huyendo del mal tiempo, no pude almorzar (estaba nervioset) pero en la mesa me senté e intente comentar el partido, pero, quien más y quien menos estaba a lo suyo y las verdaderas batallas eran con los bocadillos, (ganaron mi suegro y Koke que en esto no tienen rival), así que me salí y los dejé almorzar.
Comenzó la segunda mitad como la primera, con el San Marcelino al ataque buscando la remontada y el Vinalesa defendiéndose como un león. Los cambios, los habituales, sin rollos, Adrián (que se dejó la piel en el campo y no es una metáfora) Jorge, Ferrán, César y el ya clásico de porteros, salió Victor y entró Adrián, (personalmente no creo que sea bueno para el equipo cambiar a un portero que lo esta haciendo bien en mitad de un partido, sea uno o el otro me da igual, pero es el Míster quien decide y hace lo que cree mejor para ellos y punto), nuestra filosofía de juego es esta, todos juegan, posiblemente sea la mejor para los chavales, incluso para hacer "equipo", seguro que si, pero, todos sabemos que nos puede costar algún punto y no pasa "res" así que olvidaos de eso, todavía no he odio un solo comentario de los chicos criticando a un compañero, o un cambio, ni siquiera los fallos de nadie, todos queremos ganar, pero si eso significa que algún chico no juegue, prefiero perder.
Ala, ya esta dicho, ahora, al fútbol, esta segunda mitad tuvo de todo, buen juego, sobre todo del Vinalesa que tuvo más posesión pero poco acierto, lucha y ocasiones para los dos, el San Marcelino sacó petróleo de las suyas, siempre a balón parado, nos falta picardia y a veces, nos sobra disciplina, picardia a la hora de sacar el balón a banda en vez de a corner o evitar faltas al borde del área, por que son ocasiones de gol, y nos sobra disciplina por que aunque te digan en los entrenamientos que tienes que ir al primer palo, si allí no hay nadie... no hay que ir, dos goles nos hizo el San Marcelino en sendos saques de esquina, calcaditos, balón medido al segundo palo y llegada de su delantero más alto que solo la tenia que empujar el balón sin que nadie le molestase siquiera, el primero...vale te han pillado, pero en el segundo, no te puede volver a pasar, afónico me quede chillando a Marcos y a Arnau para que fueran a marcar al segundo palo, pues nada. A partir de aquí la consigna del San Marcelino fue la que su entrenador marcó (lo oí yo, no me lo contó nadie) a perder tiempo y ha hacer faltas les dijo, solo un entrenador mediocre, que no tiene más que argumentos mediocres y que obliga a sus jugadores a practicar un juego de equipo mediocre, puede decir una frase así, pero lo que le pasaba es que no sabia que hacer, estaban, ganando sí, pero estaba...(haber como lo digo para no ofender) "cagao", menos mal que el árbitro fue un "tío legal" y cada vez que el San Marcelino perdía tiempo paraba el reloj. El Vinalesa se volcó al asedio de la portería del San Marcelino, que como su entrenador les había dicho no hacían nada más que faltas y perder el tiempo, el Vinalesa tuvo varias ocasiones pero el empate se resistía, con el tiempo cumplido y el San Marcelino pidiendo la hora tuvo Arnau la ocasión más clara del partido que salió rozando el palo, el árbitro miró su reloj, el portero perdió por enésima vez el tiempo que pudo y sacó, rápidamente el Vinalesa contraatacó con un "todos arriba" incluida la defensa, en medio del barullo en que se convirtió por un momento el área del San Marcelino, Arnau intentó una media chilena que fue a parar a los pies de un sorprendido Javier, el cual la empujó como pudo, el balón hizo un extraño y empezó a botar y girar, solo fue un segundo pero parecía que no llegaba nunca a la portería, pero al fin... entró, solo a un palmo de la raya, pegado al poste, celebramos este empate más que muchas victorias, por lo merecido, por la forma de conseguirlo, por que pasaban siete minutos del tiempo, por que era contra los primeros, pero lo que más celebré yo fue que marcara Javier, por la inyección de moral, que creo necesitaba, ya que solo lleva tres partidos con nosotros y no había tenido ocasión de celebrar nada todavía. No hubo tiempo para más, el árbitro pitó el final y esta vez más que nunca los chavales saludaron primero al rival y luego a la afición que los recibió entre aplausos haciéndoles pasillo a la entrada del vestuario.
Hoy, al acabar el partido no entré al vestuario (no hacia falta) me quede fuera con los padres, disfrutando del empate, comentando esto y lo otro, pues bien de pronto se nos acercó una..."señora" (la madre del portero, creo) a decirnos no se el que, tal vez buscando provocar, la verdad es que nadie le hizo demasiado caso y se fue refunfuñando, intentando quizás ofender, por supuesto sin conseguirlo, lo que nos dejó claro es que a puntos nos ganan, pero a clase... no.
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